1.6.10

La fiesta del pueblo

El pueblo se convocó para celebrar el Bicentenario

El BICENTENARIO pasó con gloria y sin penas, y vale la pena celebrar la celebración.
Alguien en la radio recordó la canción FIESTA, donde Serrat narra una historia acerca de la suspensión de toda diferencia, de todo conflicto, para que todo un pueblo se entregue a un festejo. Yo creo que algo así pasó acá, pero con un todos particular. Lo que yo vi fue un gran, grandísimo festejo de las grandes mayorías. Estábamos la clase media y los sectores más pobres de la sociedad argentina, todo un abanico demarcado así y que podemos caracterizar con decisión y alegría como popular. En medio de la multitud yo pensaba "¡Cuántos somos! ¡Somos muchísimos!". Y además en un clima de armonía que sorprendió a propios y ajenos (si bien es algo que una lectura correcta de la realidad prodría haber previsto, quizá debamos leerlo ahora como algo contingente en la política).

No estuve en el Colón, por lo que escuché, ví y leí después, el espectáculo fue muy bueno, tanto adentro como afuera. Claro que del espectáculo, del arte que se puso en escena ese día no se dijo nada. Se mostró sí, hubo una transmisión en vivo de todo el evento. Pero ni una sola referencia a la obra, a los actores, a la puesta en escena, nada. Ni un "backstage", ni una nota a los directores artísticos, ni a los artistas. Ninguna descripción del trabajo escenográfico y de vestuarios (por primera vez en su historia el teatro Colón no produjo sus vestuarios, Macri cerró ese área artística y lo tercerizó, ).

Sí hubo una alfombra roja en ese espectáculo para pocos. Es cierto que el teatro tiene una capacidad limitada, no entrábamos los tres millones que estábamos en las calles. Pero los personajes ELEGIDOS para representar a la sociedad fueron los ricos y los famosos, la FARÁNDULA. Y farandulesca fue también la transmisión televisiva. Son más importantes los zorros muertos que llevaban colgados las señoras elegantes que dicen que fue una fiesta muy linda porque la gente no molestaba, "estaban ahí detras de las vallas y no molestaban para nada". ¡Qué cosa más decadente!

Pero la verdad, ¿quién quería estar en ese Colón cuando afuera había una fiesta popular única en nuestra historia? Y creo que, para hacer honor a ese acontecimiento, el país que viene tiene que ser consistente con esa síntesis de capacidad de organización y ánimo de compartir un festejo de una identidad nacional y latinoamericana.

Ese contraste me hizo recordar el poema de Benedetti "Ustedes y nosotros". Con esa gente, a la que ninguno de nosotros le importa un pepino, que tiene un ego enfermizo, que desprecia la calidad, de qué inclusión podemos hablar. Ahora son ellos los que quedan afuera del sistema si logramos construir la hegemonía a partir de conciliar las demandas indiscutiblemente mayoritarias que tiene la sociedad. Están desaforados con la amenaza que sienten de perder sus prerrogativas mal habidas.


Jorge
27 de mayo de 2010

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