16.10.12

El lugar que se ocupa


Sobre la lealtad


Mad Men es una serie fascinante. Como en toda buena historia, vemos la grandeza y la miseria humana, las mezquindades, el amor, la traición, la fidelidad, el heroísmo, la mentira, las elecciones colectivas e individuales que pueden llevar a la tragedia o un cambio positivo en el mundo.

Tal vez una de las características que más pesan sobre los personajes de Mad Men es que no hay buenos ni malos. O en todo caso, no hay buenos tan buenos, ni malos tan malos. Los villanos llegan, incluso, a exhibir actitudes benévolas y generosas. Y los angelitos de la ‘película’, en algún momento, destapan su peor costado, una piedra negra que siempre vuelve. En fin, una palomita se puede convertir en un tiburón.

Producida para televisión, la serie cuenta los días de una prestigiosa agencia de publicidad radicada en New York, antes de la década del ’60. Según la mayoría de las sinopsis, “es la mirada a los hombres que dieron forma a las esperanzas y sueños diarios de los americanos de la época”. A medida que avanzan los años, no solo vemos las transformaciones particulares de los protagonistas, sino las reacciones y respuestas de esa sociedad norteamericana frente a hechos de repercusión mundial.

En esta historia el gran hombre es Donald Draper, director creativo y socio de la agencia. Todos lo admiran. Varones y mujeres. Todos quieren ser como él o tener algo de él. En la cancha de la publicidad no hay quien lo venza. Fuera de esa zona de exclusividad, en la vida diaria, también parece ser el rey. Nada, a simple vista, se le escapa.

Pero Pete Campbell, empleado, aunque hijo de un empresario multimillonario, sabe que Draper no está limpio y quiere compartir el dato con Bert Cooper, presidente de la compañía. Antes de la Guerra de Corea, Donald Draper se llamaba Dick Whitman. Durante el conflicto bélico –por un hecho largo de contar-, Whitman adopta el nombre de Draper, un suboficial muerto durante un ataque enemigo.

Varios años después, en la lujosa oficina del viejo Cooper, Pete Campbell larga todo lo que sabe con el fin de acabar para siempre con el prestigio del falso Draper, que mira la situación totalmente azorado.

Este es el diálogo:

Pete Campbell: Donald Draper no es quien dice ser. Su verdadero nombre es Dick Whitman. Pero Dick Whitman murió en Corea hace 10 años. Eso da a pensar que es un desertor, al menos.

Bert Cooper: Sr. Campbell, ¿y a quién le importa eso?

Campbell: Es un mentiroso, un fraude, quizás un criminal.

Cooper: Incluso si fuera cierto, ¿a quién le importa? Este país (Estados Unidos) fue construido y dirigido por hombres con peores historias de las que puede imaginarse. Los japoneses tienen un lema: Un hombre es el espacio que ocupa, y en estos momentos Donald Draper está en este espacio. Le aseguro que habrá más beneficios si nos olvidamos de esto.

El joven Campbell sale enfurecido de la oficina, y Cooper le dice a Draper:

- Despídelo, si quieres. Pero yo lo vigilaría. Nunca sabemos cómo nace la lealtad.


Esa, al menos, es nuestra esperanza.



Alejo González Prandi

18.9.12

Un solo camino posible: la Democracia




Todo el tiempo trato de cuestionar nuestro comportamiento militante. Veo y trato de interpretar todas las formas posibles. Pero siempre sea de la manera que sea, termino comprobando que la única y principal tarea común a todos los verdaderos militantes es la de intentar convencer. La política es el arte de convencer.

En el medio de la batalla, los actores que participan son de los más variados y heterogéneos. En los últimos años, desde 2003 a esta parte, estos actores empezaron a surgir desde distintos sectores de nuestra sociedad y comenzaron a organizarse de maneras muy variadas de acuerdo a la causa que les dio origen. Hace diez años prácticamente no existían organizaciones sociales representativas. Hoy, encontramos diversas y novedosas formas de agrupaciones que se ocupan de organizar y encaminar cuestiones pertinentes a distintas áreas de nuestra sociedad. Agrupaciones que aglutinan necesidades de muchas minorías. De esta manera organizada, llegamos a la Ley de Medios, La ley de Matrimonio Igualitario, los proyectos de leyes en contra de la violencia de género, cuestiones vinculadas a los pueblos originarios, entre otras medidas históricas vehiculizadas por el consenso popular.

No es casualidad que esto suceda a casi 30 años de continuidad democrática. Es precisamente por eso que se presenta esta enorme y polifónica forma de democracia, llena de variedad, color, musicalidad, con reclamos de los más variados, de los que acompañamos todos y de los que acompañan algunos pocos. Pero con el derecho que nos asiste siempre a ejercer nuestro reclamo. Así de compleja, heterogenia y movediza es la democracia.

La manifestación del jueves pasado es otra manera más de organizarse. Bien, mal. Con más ó con menos gracia. Con más o menos argumentos. Con buena o con mala leche. Espontánea ó dictada. No importa. No está en nosotros, militantes del proyecto Nacional y Popular, juzgar u ocuparnos de ir a contestar esa movilización. Nosotros no tenemos nada que contestar. A todos nos asiste el derecho de movilizarnos y hacer nuestros reclamos a viva voz. Y es eso. Solo y nada más que eso lo que pasó el jueves, una movilización que persigue una serie de reclamos. Si son justos o no es otra discusión.

Nuestro presente no se compara con ningún otro momento de la historia Argentina, hay un hilo conductor que todos los que hablamos del proyecto Nacional y Popular lo conocemos, pero nunca en la historia de este movimiento contamos con tanta democracia, con tanta historia trágica y con tanta reparación histórica. Podemos tener muchas cosas similares a los ‘50 y a los ’70, pero hoy las fuerzas están organizadas de otra manera. Y eso hay que asimilarlo cuanto antes.

Tendremos que aprender a convivir con los insultos y agravios permanentes, creo que es parte del aprendizaje de esta historia. Tendremos que aprender a responder de manera de no colaborar con una idea desestabilizadora, que todos ya saben que institucionalmente no es posible. Tenemos que ubicarnos con toda la información que la historia nos brinda. Y la historia dice que cada vez que nos enfrentamos salió mal, cada vez que confundimos el enemigo nos fue mal. Estamos presos de un sistema capitalista, eso ya todos lo sabemos. Y, en algún punto, estamos renaciendo. El hombre vuelve al hombre como único posible generador del cambio. Ni el sistema, ni el mercado. El hombre a través de sus instituciones. Instituciones que se construyen atravesando el conflicto, la discusión y llegando a una resolución. Y es así que vamos creciendo como pueblo, como nación. No hay que temerle al conflicto. Tenemos que presentar la discusión y ganarla con argumentos y pruebas, con compromiso y respeto por todo el que piense distinto y nunca apelar a los agravios para contestar. Crecer políticamente. Juguemos a convencer y no olvidemos nunca lo más importante: el que se calienta, pierde.


Emilia Bonifetti

20.2.12

Carta abierta a los agoreros

Presidentes de la Región

A los que disfrutan publicando enlaces que predicen el fin de la farsa kirchnerista y nos acusan a los militantes del proyecto Nacional y Popular de estar callados sin poder defender lo indefendible, les digo:

Estoy en contra de cualquier tipo de represión a la manifestación popular, sea por un reclamo justo o no. En casi nueve años de mandato popular este gobierno ha adoptado como politica de Estado la no represión a la protesta social. Considero que son muy lamentables los acontecimientos dados en los últimos días y espero que el gobierno que corresponda (debido a la independencia de los poderes provinciales, municipales y nacional) tomen cartas en el asunto, desvinculando de sus funciones a los agentes participantes de estos sucesos lamentables.

Hasta ahora sigo sin entender exactamente cuánto es el daño-costo-beneficio que genera la minería a cielo abierto. Ni de un lado ni del otro me queda claro. Tanto las declaraciones de ambientalistas, representantes del Estado y trabajadores no terminan de cerrarme. De todas maneras, me parece bastante hipócrita (no por todos, sí por muchos) la revalorización de la defensa del medio ambiente por parte de quienes nunca vi, por ejemplo, haciendo una marcha por la contaminación del Riachuelo (a 30 cuadras del obelisco para los porteños). Allí la evidencia sí es más que clara en relación al Famatina que se encuentra a unos 1.200 Km., y está totalmente atravesada por los medios de comunicación, con el fin de golpear al Estado nacional. Nunca vi una marcha en contra de los agroquímicos usados para el cultivo de la soja que se lleva puesta la contaminación de varios ríos y tierras de nuestro suelo argentino. Varios de los que se manifiestan viven diariamente contaminando el medio ambiente, y la mayoría de ellos no anda en bicicleta precisamente. Me parece que un debate serio sería lo justo, pero un debate dado por quienes saben, estudian y están en condiciones de dar un diagnostico más preciso. Uno debe ser vigía de esto, pero no jurado. Seguiré atenta.

Con respecto al espionaje asignado a Gendarmería, ya comunicó la ministra Nilda Garré que están investigando de qué se trata. Nuestras fuerzas de seguridad han sido contaminadas durante muchos años de dictadura, y posteriormente en democracia, donde dichas fuerzas tenían como objeto deshacer cualquier manifestación contraria a los interés del signo político gobernante del momento, llegando a su punto máximo los días 19 y 20 de diciembre de 2001, con 39 muertos en todo el país y el posterior asesinato de Kosteki y Santillán. Como así también fueron contaminadas el resto de nuestras instituciones, recién después de treinta años de democracia estamos pudiendo recuperar la política, me imagino que mucho más difícil debe ser recuperar el verdadero sentido de las fuerzas de seguridad, gracias a los troskos que supieron estar atentos y echaron luz sobre esto… Confío en la ministra Garré, que sabrá encausar las cosas.

Por otra parte, los sueldos de los legisladores nacionales no me parece una medida oportuna. Pero, en lo personal, me preocupan muchos más los millones que nos roban diariamente las multinacionales. Cada legislador sabrá lo qué hace con ese dinero, como Néstor Kirchner que donaba el total de su sueldo. Desprestigiar a la política no es el mejor camino, cuando además el legislativo ha generado en los últimos años leyes de carácter revolucionario en relación a los derechos ciudadanos.

En relación a las Islas Malvinas como “cortina de humo” me parece dos cosas:
Primero que el pueblo argentino no compra cualquiera, no se come cualquiera. Segundo, la soberanía sobre las Islas Malvinas se viene reclamando en las asambleas de la ONU durante todos los años desde 2003. En todos los foros latinoamericanos se ha discutido sobre esto y en esa discusión, en ese debate, fuimos ganando consenso latinoamericano. Es un hecho para celebrar y muy oportuno, dado que es un momento donde toda la región del sur de América está siendo vanguardia en relación a su soberanía.

Hay quienes dicen que las cosas son tapadas y los medio oficiales ocultan información. Después de un estudio personalizado he comprobado que en el 90% de los lugares donde hay un televisor (estaciones de servicios, bares, restaurantes, clínicas, consultorios, remiserías y otros locales) no hay otra cosa que TN, que no hace más repetir una y otra vez, sin parar, hasta el cansancio todas las cuestiones mencionadas, y con el único fin de atacar constantemente la investidura presidencial. Así que tranquilos, que todos se enteran de todo. De hecho, son los medios hegemónicos los que intentan marcar la agenda de los debates nacionales, los que definen los temas del día. Bueno sería que se muestren la cantidad de cosas que se hacen bien.

Como militante de este proyecto me banco las contradicciones, que son amargas y difíciles de digerir. Trato de entenderlas y entendernos como pueblo. Y el silencio muchas veces no se debe a una actitud pasiva o desentendida, precisamente porque no respondo a una obedecía debida y comprendo que la realidad es mucho mas compleja de lo que me puedo imaginar. Me tomo el tiempo (como muchos compañeros) para pensar y repensar las cosas, para escuchar todas las voces posibles, para crecer y aprender a discutir y debatir de manera más rica y productiva, sin agresiones y descalificativos.

Mi compromiso como ciudadana militante es seguir defendiendo este proyecto que le ha devuelto a tantos hermanos argentinos la dignidad del trabajo, la salud y la educación y que se concentra en el crecimiento de nuestro modelo con el fin de generar nuevas fuentes de trabajo para los miles de argentinos que todavía están esperando una oportunidad. Un proyecto de inclusión social en todos los sentidos que respeta las instituciones y entiende al Estado como articulador constante al servicio del pueblo. Creo en las instituciones, creo en el Estado y fundamentalmente creo en el pueblo argentino que es el que, a través del voto popular, está llevado adelante este proyecto. Y es Cristina Fernández de Kirchner hoy quien nos representa bajo la investidura presidencial, haciendo uso justo de las herramientas que se le conceden. Para las pálidas, para el enojo, para le rebelión infantil, reclamando por todo a mamá Presidenta de la Nación están los demás, los que se niegan a crecer en una discusión sana y de aprendizaje, los que insisten en descalificar al hombre y al pueblo, al intentar hacernos creer que estamos siendo engañados por una bruja mala y perversa. Para todos ellos mis saludos y mi respeto, mientras sigo de las manos de miles de compañeros apostando por un mundo mejor, que solo es posible a través de la transformación cultural que vamos conquistando. Entre otras cosas, ganando la palabra, que una vez más pongo al servicio de mis ideas.


Emilia Bonifetti